Citroën Saxo: El Anticristo

Voy a intentar hablar sobre algo manteniendo la objetividad, pero sobre hechos concretos. Es dificil, porque hablar de Citroën Saxo para mí es hablar de low-cost en el mundo del autómovil, un coche de acceso hecho de plástico enteramente, vendido como rival del Ibiza o Clio pero con tacto de Maruti 800.
Recuerdo cuando a finales de 1995 leí en Auto Sport Hebdo la llegada del nuevo Saxo, sustituto del AX, con formas muy sugerentes (para mí nunca fué un coche feo) y una adecuada gama de motorizaciones.

Empezar como novel con un coche caro o muy potente es una irresponsabilidad. Qué mejor que un Saxo para iniciarse. Logré adquirir un 1.1 gasolina con 70.000km por poco más de 2.000 euros. Nada mal sin duda alguna.....o eso pensaba servidor.

Este coche es ideal para hacer drifting, pero del peligroso; todavía no he conducido una trasera más traicionera. Parece que es extremadamente fácil de abrir: hasta 3 veces en 2 años, con robo de radio incluida, faltaría más. Mejor aún son las averías que presenta este elemento con tan discreto kilometraje: Distribución (200 euros), Varilla del cambio (50 euros), Cinturón de Seguridad (50 euros).

Y lo que no reparé pero acabó por claudicar: la regulación en inclinación del asiento, varilla que sujeta capó motor, tapa del depósito limpiacristales, cerradura, retrovisor interior, tapa de la guantera, embellecedor lateral derecho, varias luces, aireador del acompañante...

Pero mirenló ahí. Estuvo plagando nuestras calles, un éxito de ventas, aunque ya van quedando bastantes menos. Me pregunto si ha satisfecho a sus propietarios, con su módico precio y su chapa de juguete. Larga vida al coche de una juventud.